Cuanto tiempo se soñó, cuantos años se esperaron para este presente de dos equipos correntinos en la Liga Nacional de Básquetbol. Y las 3.800 almas vivieron esa primera noche que no se olvidará nunca. Pintaron del color que más le sienta al marco necesario a un clásico de ribetes de fábula y un colorido único.
Existen antecedentes de cruces por Copa Argentina pero el del estreno absoluto fue especial. La noche del domingo 25 de septiembre quedará en la historia como el primer juego con los dos representantes correntinos en la Zona Norte y que vale para registros oficiales de una de las competencias más vistosas del mundo.
Javier Martínez, Paolo Quinteros, Ramzee Stanton, Louis Roe y Julián Aprea quedará como el quinteto inicial de Regatas en el primer clásico. Del lado de San Martín, Lucas Victoriano, Rusell Carter, Maximiliano Maciel, William McFarlan y Hakeem Rollins también forjarán la historia.
El juego comenzó a pleno, porque los registros eternos establecerán que la primera asistencia fue a los 20‘, servicio de McFarlan con “alley oop” y volcada incluida de Carter (dueño de ese primer doble del clásico).
La casilla de triples la inauguró el paraguayo Martínez y desde la línea Rollins sumaba su primer asterisco.
En la historia también quedará la primera falta, que llegó desde la intervención de Stanton antes del minuto de juego. El propio “Ram” fue el del primer tapón (a “Maxi” Maciel) promediando el cuarto inicial.
¿Y el primer rebote lo tomó McFarlan? Para anotar y recordar.
Todo suma para no olvidar esta primera noche que poco a poco irá subestimando a las mayores fábulas del deporte correntino.
Los vestigios de algunos desagradables hechos de violencia ayer no tuvieron lugar en el Estadio de los Sueños. Párrafo aparte para la fiesta que se protagonizó desde las plateas y lugares generales y que ya palpita revanchas en el “Fortín Rojinegro”.
El duelo desquite por esta Zona Norte los volverá a encontrar el próximo 6 de noviembre (si la TV no cambia la agenda) en el estadio de Salta y Moreno.
Y no será el mismo, cada choque será diferente desde que la historia se escribe en letras de Liga Nacional. Anoche, el operativo de seguridad no mostró fisuras y encontró responsables para la tranquilidad vivida desde horas antes.
El seguidor de ambos equipos o el amante del básquet que disfruta sin colores volcarán poco a poco sus vivencias para seguir con esta estirpe de una sede fuerte del básquetbol argentino (como lo quería León Najdunel).
Por eso los 60 efectivos dispuestos ayer formarán un mero número de estadísticas, necesario para cumplir el rol de resguardo pero no involucrado.
Esta fábula seguirá creciendo. En años, esta primera noche la habrán vivido más de 100.000 almas. Todos fueron testigos “del primer clásico de la historia”.