jueves, 28 de octubre de 2010

El gran grito de los Monos Negros

Otra vez la memoria trajo recuerdos. Pasaron catorce años de aquella proeza del rugby correntino, ganando en canchas bonaerense la más preciada competencia de seven. Fue el equipo de Taraguy (como invitado) el que se quedó con el 60º Seven de URBA venciendo a Regatas de Bella Vista en la final por un “ajustadísimo” 17 a 14. Esa tarde en cancha del CASI. El mote de Monos Negros comenzaba a hacer historia….
Cuando se cumplieron diez años escribí esta nota en el Diario Epoca…

“... se va Piraginé... se va al try… try y título para Taraguy!.. try y título para Taraguy. Una conquista para el buen rugby, para que el seven siga vivo!”.
Así, Piraginé con acento en la é. Fernando era el encargado de apoyar el try del triunfo para los correntinos que dejaban sin palabras a los más de 6000 presentes en una de las catedrales del rugby nacional, como lo es la cancha del CASI. Era los minutos finales de aquella histórica tarde en pleno San Isidro, para que el elenco de Taraguy lograra uno de los títulos más resonantes de la década del noventa, para las vitrinas del club correntino y las páginas del rugby de URNE.
Y para que los relatos de Gonzalo Bonadeo, en aquellos primeros minutos de TyC Sports al aire, quedaran en el oído de todos lo que siguieron esta partido final, donde los ilustres desconocidos correntinos le daban al país rugbístico una verdadera lección del rugby reducido. Paso a paso, para que esa tarde del 27 de octubre de 1996 quede siempre en la historia.
Taraguy llegaba como invitado a este certamen tradicional en el calendario nacional, por aquellos entonces, llamado Seven de la UAR y además de los integrantes del rugby de URBA, eran llamados a jugar aquellos equipos que en el interior del país.
Los “cuervos” comenzaban una etapa clasificatoria sin muchos inconvenientes, y el sábado ya daba muestra de su poderío.
Con los hermanos Diego y Roberto Gómez Coll, junto a Juan Martín y Juan Cruz Meabe, acompañados por el juvenil Fernando Piragine, Juan Esteba Castilo Odena mostrando su mejor repertorio de juego, y Lisandro Mantilla completando una plantilla titular. Luis Sigel, Segundo Roca y Rocco Foglia como suplentes de lujo en una competencia donde había más de 120 equipos peleando por la misma corona.
Ya en la tarde del domingo, la cancha del CASI se vestí de fiesta. El local, Newman, Regatas (BV) y Pucará llegaban como firmes candidatos, pero un invitado sorpresa seguía sorteando escollos.

Taraguy vencía en los cuartos de finales a Pucará por un claro 33 a 7 y se metía entre los mejores cuatro del torneo.
Allí, en semifinales, el equipo que ya tenía varios seguidores, derrotaba ajustadamente a Newman por 14 a 12 y ante la sorpresa de muchos, menos de ellos y el propio Daniel Romero, entrenador correntino, se metía en la final. Y la final recordada
El partido de cierre consumía la atención de miles de personas. Era el “Taraguy de Corrientes”, frente al Regatas de los hermanos Camerlinckx y Bourse. Comenzaba mejor para Taraguy, con tries de Juan Martín y Lichy, el segundo convertido por Tutuca Castillo Odena, para que el try de Zampella y la conversión de Rivarola sólo dejen el parcial de 12 a 7 para los correntinos.
En la segunda parte, el Turco Romero mantenía en la cancha el mismo esquema y sería Fernando Piragine, uno de los juveniles de Taraguy, el que hombre clave en el desenlace.
Primero fue el mayor de los Camerlinckx en apoyar un try y darle la victoria parcial a los bonaerenses, pero en el minuto 9’, a poco del final, una corrida de Fernando Piragine, con muchos metros por avanzar, llevó al agónico triunfo de un equipo que comenzaba a hacer historia en el seven argentino.
Después vendrían los llamados a Los Pumas Seven, con Diego Gómez Coll y Fernando Piragine liderando la batuta. Las invitaciones a competencias reducidas de renombre, como Mar del Plata y Punta del Este. Después llegaría todo.
O para el recuerdo, aquellas palabras de análisis del inobjetable Gordo Bonadeo... “de ahora en más, no debe haber un seleccionado argentino sin un jugador de los Monos Negros. Por lo que representa su juego y su alegría...”.

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