lunes, 30 de agosto de 2010

A seis años del “día olímpico”

Un sábado 28 de agosto quedó en la historia del deporte argentino. Fue en 2004 cuando se recuperó la mística y en los Juegos Olímpicos de Atenas, el básquet y el fútbol nos devolvían el lugar más alto del podio.
Todo comenzó muy temprano, porque el la final del fútbol se jugó en horario matutino para dejar todo dispuesto para las definiciones del atletismo en el estadio olímpico.
Y por la noche fue el básquet. De siesta, la tercera medalla de “Camau” Espínola (primera de bronce y en Clase Tornado) le daban el marco una jornada histórica.
Repaso las notas que publiqué en el diario época aquel fin de semana inolvidable:

Que la vuelta vamo’ a dar…

“época”, como pocos diarios del país estuvo presente en Atenas con un enviado especial que nos cuenta como fue el festejo argentino del fútbol. La misión no era para nada sencilla, pero lo logré y estuve con ellos, viví en carne propia lo que se siente en un momento así, es algo inolvidable, un sueño que uno lo ve como inalcanzable, pero tuve la dicha de estar junto a Heinze, Tévez, Saviola y hasta con el mismísimo presidente de la AFA, Julio Grondona, festejando esta conquista del fútbol argentino.

Pidiendo permiso en un inglés pensado y con miedo, el acceso al campo de juego invitaba a seguir con el sueño de ir más allá en los festejos. Poco control, quizás con los agentes del orden desorientados por la maravilla de jugadores que estaban enfrente. Pero pasamos.
Y nos pusimos ahí, a metros de Julio Grondona, de Josep Blatter y de un poco demostrativo Marcelo Bielsa que vivía su propio festejo por dentro. Varios medios nacionales no pudieron sobrepasar el débil control que parecían elegir al que tenía permiso para festejar.
El Himno argentino sonaba en un podio olímpico después de 52 años y no era para menos. Las lágrimas ya comenzaban a brotar de los protagonistas. Y todos ahí, a metros del podio.
Otro agente de seguridad que se acerca, pero la cámara digital y la camiseta argentina lo vuelven a desorientar. Seguimos ahí, sin enemigos cerca. Y comienza la vuelta olímpica. Vamos también. D’Alessandro que lo anima a Saviola “Viste pendejo, te dije que nos llevábamos la de oro!!!”.
El “Kily” González que deja a atrás al enésimo hincha luego de otra foto y sigue la ronda de la vuelta olímpica. Lux que saluda, Rosales que llora, Coloccini que busca a su pequeña hija que se sube al tren de la gloria y no se da cuenta.
Todos ahí, nosotros también. Pero hay un parate, la tribuna argentina, dirigida por el inagotable Roberto Giordano que pedía verlos de cerca y allí pararon todos.
Otro susto que se viene. “Disculpe señor, usted es reportero..?”, en un inglés mezclado con acento griego. La respuesta fue positiva y seguimos de ronda. La credencial ausente tampoco hizo falta.
Clemente Rodríguez que grita bien fuerte, mientras Burdisso llora desconsoladamente por haber quedado sin medalla. Nico fue reemplazado por lesión por “Coty” Fernández y la organización solo premio al defensor de River. “Esta es tuya, es tuya, no llores más…!!!” De uno a otro, sin palabras.

Llega el final, con Tévez posando para el mundo sosteniendo la medalla y rodeado por 30 fotógrafos. La vuelta terminó a todos para el vestuario. Los espectadores de una vuelta olímpica a las tribunas. El agente que se dio por vencido y no busca más presas.
Todo en orden, pasó el temporal, pero con un final feliz de una historia inolvidable.

Bronce de historia

El correntino “Camau” Espínola y Santiago Lange lograron la medalla de Bronce en estos Juegos Olímpicos de Atenas 2004, tras disputarse ayer la última regata logrando el noveno lugar y manteniendo la tercera posición en la general. Es la tercera medalla olímpica del correntino, que se convirtió en el primer atleta sudamericano en obtener preseas en tres Juegos seguidos.
Todo se puede cuando uno lo busca y lo merece, más allá de que si de merecimientos se trata, el Oro no iba a venir nada mal a esta cuestión. Pero Carlos Espínola y Santiago Lange lograron la medalla de Bronce en Clase Tornado en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y está bien.
La medalla de Oro quedó en manos del equipo austríaco, compuesto por Roman Hagara y Hans Peter Steinacher, mientras que la medalla de Plata viajará a Estados Unidos, por la labor de John Lovell y Charlie Ogletree, y también está bien.
El equipo argentino no tuvo una buena tarde en este cierre de competencia, pero se manejó con cautela a la hora de cuidar su tercera posición en la clasificación general. Solamente el equipo francés, que se ubicó segundo en esta última prueba, puso algo de dramatismo a los movimientos de la embarcación argentina.
Fue la undécima prueba en esta clase que se corrió íntegramente en las aguas del mar Egeo, en las costas de la marina olímpica de Atenas, sobre en Complejo Olímpico Agios Kosmas.

La competencia que definía muchas cosas, pero por otro lado, ya perfilaba de antemano a los serios candidatos, se inició en horario puntual (por la televisación) y tuvo a la dupla local, los griegos Iordanis Paschalidis y Cristhos Garefis como líderes en las dos primeras vueltas, hasta que apareció en acción el gran equipo austríacos que coronó un año muy bueno, confirmando su potencial con este primer puesto en tierras helénicas.
El equipo argentino en cambio, inició bastante retrasado su búsqueda de medalla, relegado en el puesto 12 en los primeros virajes, hasta encontrar el rumbo y escalar incluso hasta la octava posición a poco del final.
Pero esta Clase Tornado siempre dio sorpresas y así fue como en esta última competencia, el equipo de Austria se llevó el Oro ganándola, a Estados Unidos le alcanzó con un décimo puesto para colgarse la se Plata y a los argentinos, que cuidaban este tercer lugar, un noveno puesto le cayó bastante bien.
Así pasó la competencia del yachting aquí en Atenas 2004, con “Camau” nuevamente subiendo a un podio olímpico, pero llevando por primera vez a su coequiper Santiago Lange a colgarse una presea en el cuello.
El correntino no pudo repetir las medallas de Plata de Atlanta 1996 y Sydney 2000 en Clase Mistral, pero demuestra el poderío en las aguas del equipo argentino que ahora volvió a vestirse de gala en ceremonia inaugural, para coronar otra campaña olímpica de la mejor manera.
Undécima regata
Las principales posiciones finales de esta undécima y última regata de la Clase Tornado en los Juegos de Atenas 2004, fueron los siguientes: 1º Austria, 2º Francia, 3º Grecia, 4º Suecia, 5º Puerto Rico, 6º Italia, 7º Portugal, 8º Rusia, 9º Argentina y 10º Estados Unidos.

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